¿Tienes una cena y no sabes cuál vino comprar?
Te entiendo, no es una cosa simple hacer un buen maridaje, la enología es una ciencia compleja. Pero no pasa nada, todo se aprende y aquí te damos algunos puntos que debes tener en cuenta para hacer un maridaje adecuado.
Seguro que con la variedad de uvas, de suelos, el clima y el saber de los viticultores franceses encontrarás un vino para acompañar tu cena.
La regla principal es encontrar la armonía entre los platos y los vinos, para que se complementen y se valoricen el uno y el otro.
Encontrar la armonía entre platos y vinos significa lograr un equilibrio o una combinación perfecta entre los sabores y características del plato y del vino elegido para acompañarlo, de tal forma que ambos se complementan y realzan mutuamente sus sabores y aromas. Es decir, que la combinación del plato y el vino resulte agradable y satisfactoria para el paladar.
Debes saber que la extensión del viñedo francés es de 750 000 hectáreas, con más de 200 variedades de uvas de las cuales 12 o 15 son mayoritarias; así que los ejemplos de vinos que te damos acá son una parte ínfima de lo que existe.
Aquí te dejo algunos consejos para elegir el mejor vino francés para acompañar un plato:
- Puedes escoger el vino de acuerdo a la intensidad del plato, esto se llama la “regla del espejo”.
- Un plato ligero debe ser acompañado de un vino ligero.
- Por platos ligeros se puede entender: ensaladas, sopas claras, pescados blancos, mariscos, risottos y pastas con salsas ligeras, verduras y hortalizas a la parrilla o al vapor, y carnes blancas como pollo o pavo sin salsas pesadas. En Francia, hay muchos vinos que se consideran ligeros, pero algunos ejemplos son:
- De la región del Valle del Loire: Touraine, Muscadet et Muscadet-sèvre-et-maine.
- De la región de Borgoña: Petit Chablis et Mâcon.
- De la región de Beaujolais: Beaujolais nouveau et Beaujolais.
- De la región de Provence: Côtes-de-Provence et Coteaux-d’aix-en-provence.
- Un plato con sabores más marcados deben ser acompañados de un vino más intenso. Los platos considerados fuertes incluyen carne de caza, estofados con carne de res o cordero, platos picantes, con especias fuertes, quesos maduros y comidas con salsas y condimentos intensos como la salsa de trufa o salsa de hígado. En general, los vinos franceses considerados como intensos son aquellos que son más corpulentos, potentes y tienen una mayor concentración de sabor y cuerpo. Algunos ejemplos de vinos franceses intensos son:
- De la región de Borgoña: Nuits-Saint-Georges, Corton et Rully.
- De la región de Beaujolais: Morgon et Côte-de-Brouilly.
- De la región del Valle del Loire: Saumur Champigny.
- De la región de Burdeos: Médoc, Margaux, Pomerol.
- De la región del Valle del Rhône: Côte Rôtie, Saint-Joseph, Vacqueyras.
Es importante tener en cuenta que esto varía según la región productora y las técnicas utilizadas por los viticultores y del año de recolecta.
- Si vas a degustar varios vinos en una misma cena respeta éste orden de degustación, para que tus papilas gustativas no se vean alteradas, en efecto, si degustas en primer lugar algo con un sabor muy marcado y después algo ligero, tus papilas no podrán percibir la sutilidad del plato menos intenso, es igual con los vinos.
- Los blancos se deben tomar antes de los rojos
- Los jóvenes antes de los viejos
- Los secos antes de los licorosos
- Los que se toman frescos se deben tomar antes que aquellos que se degustan a temperatura.
- Puedes escoger el vino respecto al origen del plato. Los vinos franceses son conocidos por ser altamente regionales, por lo que puedes elegir un vino que provenga de la misma región que el plato. Por ejemplo, si tienes un plato de la región de Borgoña, puedes optar por un vino tinto de la misma región. Si vas a comer una choucroute, optarás por un vino de Alsacia. Con un plato de tipo mediterráneo optarás por un Languedoc Rousillon, de Provence o del sur del Valle del Rhône.
- Existe también la posibilidad de asociar aromas y texturas distintos, esto se llama un maridaje por oposición. Tradicionalmente se acompañan vinos con sabores y texturas similares al plato porque se complementan. Por ejemplo, un vino con notas de frutas rojas puede ir bien con un plato con frutas rojas. Prueba con maridajes por oposición o contraste: Si quieres ser más aventurado, puedes intentar combinar sabores y texturas diferentes. Por ejemplo, si tienes un plato con una salsa a base de crema de leche escoge un vino ácido que va a contrabalancear el lado grasoso de la crema; otro ejemplo de oposición es el de salado/dulce, el ejemplo más común es: con un queso de tipo Roquefort escoge un vino dulce, la suavidad del vino acompaña el lado graso del queso.
- Otra solución y la más simple, es pedir los consejos de un cavista o sommelier, ya que ellos tienen un conocimiento más profundo sobre cada vino que proponen, sobre las viñas y la forma en que los viticultores trabajan, además te pueden hacer descubrir vinos que en tiempo normal tú no escogerías o que simplemente no se encuentran en el comercio.
Mi partner en este dominio es Mathieu Lévy de la cave Sémélé. Así que si vienes a París y tienes la oportunidad de visitarlo, no lo dudes, seguro que te irás con una buena botella para degustar o regalar.
La verdad no hay una regla precisa del momento en que tú aproveches tu cena y el vino, a veces lo más fácil es escoger algo que conoces y que te gusta. Pero si de verdad deseas encontrar el vino perfecto para tu platillo favorito, es tiempo de empezar a probar varios vinos hasta que descubras la combinación que logre que ambos sabores se resalten y puedas percibir las notas y detalles en cada uno.