La cocina francesa es una de las más reconocidas a nivel mundial, y en ella se encuentran platos que son verdaderos tesoros culinarios. Si te encuentras en Francia, no puedes perderte la oportunidad de probar algunos de sus platillos más emblemáticos.
Los caracoles a la bourguignonne son una entrada que quizás a primera vista no sea muy apetitosa, pero no dejes que esto te engañe. Una vez que los pruebes, quedarás encantado con el sabor de la mantequilla de ajo y perejil en la que son cocidos. Este plato es originario de la región de Borgoña y es un verdadero clásico de la gastronomía francesa.
Otro platillo que debes probar es el boeuf bourguignon, que es un estofado de res marinada y cocida en vino tinto. La carne es muy tierna y la salsa resultante de la reducción del vino tinto y la salsa española es simplemente deliciosa. Acompañado de tocino, cebollitas caramelizadas, champiñones de París y rebanadas de pan salteado en mantequilla con perejil, es una opción reconfortante en cualquier época del año.
La blanquette de ternero es otro platillo que no puedes dejar de probar. Se trata de un guiso de ternera en una salsa blanca hecha con el caldo en que se cocinó la carne, ligada con crema y relevada con unas gotas de limón. Es servida con cebollitas y champiñones, y se puede decir que cada cocinero le da su toque personal.
Si buscas un plato más contundente, la tartiflette de la región de la Alta Savoie es una excelente opción. Es un gratinado a base de queso Reblochon, papas y cebolla, a veces con tocino, crema de leche, vino o cerveza. Es ideal para disfrutar en invierno, y es una delicia para cualquier paladar.
El paté en croute es otro plato que no puedes dejar de probar. La casa Verot en París es una institución en la preparación de este tipo de paté y otros productos de charcutería. Hay muchos tipos de patés, servidos fríos o calientes, todos deliciosos y a base de diferentes ingredientes.
El cassoulet es una especialidad de la región de Languedoc, y es a base de frijoles blancos y carnes, generalmente cerdo y pato. Es gratinado con miga de pan y es otro plato reconfortante ideal para el invierno.
La choucroute es un plato típico de la región de Alsacia, hecho a base de col blanca fermentada y aromatizada con enebro. Se sirve con diferentes tipos de salchichas y carnes. Existe también la choucroute del mar, que se sirve con salmón, abadejo, mejillones y otros pescados. Ambas versiones son deliciosas y son una excelente opción para probar la gastronomía de la región.
Como chef y amante de la gastronomía francesa, te recomiendo probar la Bouillabaisse, una especialidad del sur de Francia que es especialmente conocida en Marsella. Esta deliciosa sopa se elabora a base de pescados que se encuentran cerca de las rocas en el mar y fue creada originalmente por los pescadores de la región con los pescados más baratos que quedaban de sus ventas.
En Marsella, cada restaurante tiene su propia versión de la Bouillabaisse, lo que la convierte en una experiencia culinaria única y emocionante. Si estás en París, te recomiendo visitar el restaurante La Mediterrannée, donde podrás probar una deliciosa Bouillabaisse preparada con la técnica y los ingredientes tradicionales del sur de Francia. ¡No te la pierdas!